miércoles, 16 de noviembre de 2011

La mujer de mi barrio que toco el Manto


Una historia que por varias razones me toca muy de Cerca es la historia de la mujer que toco el Manto. Creo que encierra muchas cosas el relato, acá se los comparto:

"Jesús fue con él, y mucha gente lo acompañaba apretujándose a su alrededor.
Entre la multitud había una mujer que desde hacía doce años estaba enferma, con derrames de sangre. Había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía, sin que le hubiera servido de nada. Al contrario, iba de mal en peor. Cuando oyó hablar de Jesús, esta mujer se le acercó por detrás, entre la gente, y le tocó la capa. Porque pensaba: "Tan solo con que llegue a tocar su capa, quedaré sana."
Al momento, el derrame de sangre se detuvo, y sintió en el cuerpo que ya estaba curada de su enfermedad.
Jesús, dándose cuenta de que había salido poder de él, se volvió a mirar a la gente, y preguntó:
 – ¿Quién me ha tocado la ropa?
Sus discípulos le dijeron:
 –Ves que la gente te oprime por todos lados, y preguntas ¿Quién me ha tocado?'
Pero Jesús seguía mirando a su alrededor, para ver quién lo había tocado.
Entonces la mujer, temblando de miedo y sabiendo lo que le había pasado, fue y se arrodilló delante de él, y le contó toda la verdad.
Jesús le dijo:
 –Hija, por tu fe has sido sanada. Vete tranquila y curada y a de tu enfermedad. “Marcos 5: 24-34.

Me llama la atención que Jesús no iba a sanarla a ella sino a resucitar  a la hija de Jairo, y en medio de esto la mujer literalmente se interpone  y consigue su milagro. Jesús no queda sin cuidado de esto, sino que la llama y festeja su Fe. Esto es Maravilloso.  Hace un momento (cuando escribo esto) Acabo de llegar del grupo Kerigma. Nosotros en el grupo teníamos una mujer que sufría hace muchos años de flujo. Lo heredo de su familia, pero el punto es que las Hemorragias eran tremendas, y su anemia, por el cuadro se había hecho crónica. Esta mujer hacía años que iba a tratamientos y estaba resignada a su enfermedad. Pero ella no lo dejo ahí, Entrego su enfermedad a Jesús, lo llamo, oro, pidió oración, literalmente se abrió paso entre la multitud de prejuicios. Hace poco, será aproximadamente mes y medio. Me acerque a ella en oración y declaré en el nombre de Jesús que toda herencia de enfermedad la declaraba rota, declaraba que toda cadena opresora de sus ovarios era destruida y decreté en el nombre de Jesús que era sana. Luego todo siguió su curso. No la había visto por semanas y hoy la encontré con unos kilos más de peso. Y ella me dijo: "después de orar mi flujo comenzó a bajar mucho, hasta en punto que esas hemorragias son ahora el flujo NORMAL de cualquier mujer. Y mi anemia está totalmente revertida. Dios ME SANO.

¡Que emoción me dio oír esto! dos mil años después hay quien todavía se abre paso entre la multitud de obstáculos y toca el manto. Y lo más maravilloso es que el resultado fue el mismo que en aquellos días.
¿Estamos en verdad abriéndonos paso entre lo que nos pasa para tocar a Jesús? ¿Acaso podemos decir que aunque todo cueste lo pudimos tocar? Doce años de dolor tubo esa mujer y aun así se abrió paso entre la multitud... ¿Estás dispuesto a abrirte paso sin importar nada aunque hace mucho que estés así? ¿Aunque la situación lleve años enferma?

Solo es cuestión de cerrar los ojos y tirarse a los pies de Jesús. Sin medir tanto ya sea que puedas abrazarlo o apenas tocar la puntita de su manto el resultado será Glorioso, La TRONSFORMACIÓN DE TU VIDA.